Esta es a primera vista una premisa obvia, no obstante nos muestra una necesidad colateral, la de hablar una misma lengua. Hoy no es tarea que nuestros gobiernos incluyan en sus planes de desarrollo, con el tiempo esto será una labor sin parangón. Las diferentes sociedades en las que vivimos se preocupan por la continuidad de tradiciones y culturas, razón que hace frenar este tipo de empresas.
Con la actual velocidad de interacción a nivel global, es acuciante la necesidad de comunicarse. Promovamos tal idea, exijamos a nuestros semejantes la necesidad de entendernos, hablemos una misma lengua, de esa forma el conocimiento será un bien común, un bien humano, nada de élites y grupos exclusivos.
¡ Atención ! Somos iguales...
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